El departamento comercial está en primera línea, por lo que tiene acceso a los intereses y preferencias de los clientes y, por tanto, la información necesaria para adaptar, modificar o reinventar, si es necesario, qué ofrecerles. Velar por la calidad de los productos o servicios. Del mismo modo, con los productos y servicios que ya están a disposición de los clientes (ya sean directos o distribuidores). Establecer los objetivos de ventas de dichos productos o servicios. El departamento comercial debe saber cuál es un objetivo realista de ventas. Realizar estudios de mercado y encuestas de campo para los productos y servicios de los clientes. Representar a la empresa u organización en convenciones de ventas y comercialización, ferias, foros y establecer contactos comerciales y oportunidades de negocio en estos. Resolver los problemas que puedan surgir. Esta función está muy relacionada con la anterior, puesto que la labor comercial no acaba cuando se ha promocionado el producto o cuando el acuerdo de compra por parte del cliente se ha finalizado: toda venta requiere un seguimiento.